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Tercera profecía de Balaam 
1 Cuando Balaam vio que agradaba al Señor bendecir a Israel, no fue como otras veces a buscar agüeros, sino que puso su rostro hacia el desierto. 
2 Y levantó Balaam sus ojos y vio a Israel acampado por tribus; y vino sobre él el Espíritu de Dios. 
3 Y comenzando su profecía, dijo: 
Oráculo de Balaam, hijo de Beor, 
y oráculo del hombre de ojos abiertos; 
4 oráculo del que escucha las palabras de Dios, 
del que ve la visión del Todopoderoso; 
caído, pero con los ojos descubiertos. 
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; 
tus moradas, oh Israel! 
6 Como valles que se extienden, 
como jardines junto al río, 
como áloes plantados por el Señor, 
como cedros junto a las aguas. 
7 Agua correrá de sus baldes, 
y su simiente estará junto a muchas aguas; 
más grande que Agag será su rey, 
y su reino será exaltado. 
8 Dios lo saca de Egipto; 
es para él como los cuernos del búfalo. 
Devorará a las naciones que son sus adversarios, 
y desmenuzará sus huesos, 
y los traspasará con sus saetas. 
9 Se agazapa, se echa como león, 
o como leona ¿quién se atreverá a despertarlo? 
Benditos los que te bendigan, 
y malditos los que te maldigan. 
Cuarta profecía 
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y palmoteando, dijo Balac a Balaam: Te llamé para maldecir a mis enemigos, pero he aquí, los has llenado de bendiciones estas tres veces. 
11 Ahora pues, huye a tu lugar. Yo dije que te colmaría de honores, pero mira, el Señor te ha privado de honores. 
12 Y Balaam dijo a Balac: ¿No les hablé yo también a los mensajeros que me enviaste, diciendo: 
13 “Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no podría yo traspasar el mandamiento del Señor para hacer lo bueno o lo malo de mi propia iniciativa. Lo que hable el Señor, eso hablaré”? 
14 Ahora, mira, me voy a mi pueblo; pero ven, y te advertiré lo que este pueblo hará a tu pueblo en los días venideros. 
15 Y comenzando su profecía, dijo: 
Oráculo de Balaam, hijo de Beor, 
y oráculo del hombre de ojos abiertos. 
16 Oráculo del que escucha las palabras de Dios, 
y conoce la sabiduría del Altísimo; 
del que ve la visión del Todopoderoso, 
caído, pero con los ojos descubiertos. 
17 Lo veo, pero no ahora; 
lo contemplo, pero no cerca; 
una estrella saldrá de Jacob, 
y un cetro se levantará de Israel 
que aplastará la frente de Moab 
y derrumbará a todos los hijos de Set. 
18 Edom será una posesión, 
también será una posesión Seir, su enemigo; 
mientras que Israel se conducirá con valor. 
19 De Jacob saldrá el que tendrá dominio, 
y destruirá al remanente de la ciudad. 
20 Al ver a Amalec, continuó su profecía, y dijo: 
Amalec fue la primera de las naciones, 
pero su fin será destrucción. 
21 Después vio al ceneo, y continuó su profecía, y dijo: 
Perdurable es tu morada, 
y en la peña está puesto tu nido. 
22 No obstante, el ceneo será consumido; 
¿hasta cuándo te tendrá cautivo Asiria? 
23 Y continuando su profecía, dijo: 
¡Ay! ¿Quién puede vivir, si Dios no lo ha ordenado? 
24 Pero las naves vendrán de la costa de Quitim, 
y afligirán a Asiria y afligirán a Heber; 
pero él también perecerá para siempre. 
25 Entonces se levantó Balaam y se marchó, y volvió a su lugar; también Balac se fue por su camino.